jueves, 3 de diciembre de 2009

autores fotografia!

ALBERTO GARCIA ALIX


Su fotografía se llena de tatuajes, motos y siempre blanco y negro. Alberto García-Alix (León 1956), premio nacional de fotografía de 1999, ha sido recientemente protagonista de una magna exposición que ha recorrido Madrid y Barcelona, con alguna novedad, como sus primeras fotografías en color. Belleza callejera.

La mirada de García-Alix es siempre directa, frontal y sin ambages, rayando lo documental pero también la autobiografía. Empezó su carrera como fotógrafo de niño, cuando le cayó la primera cámara en las manos, allá por el año 75 y su primera exposición la convoca en la Galería Baudes en 1981, pero su lugar más recuerrente ha sido siempre la madrileña galería Moriarty. Pero no se detiene ahí, su obra es admirada en varios paises y especialmente difundida en revistas (Vogue, Vanity Fair o el British journal of Photographyentre otras). Es capitán de su propia publicación: El Canto de la tripulación.

"Como fotógrafo tengo una mirada frontal, de púgil". 6x6 o 35 mm, las fotos de García-Alix se detiene en historias de vida, en los ojos de sus retratos -la mayoría de sus fotos, incluso las de objetos, son retratos- discurre una historia, un momento real. Quizá sea debido a la inmediatez de las fotos de García Alix, a su técnica clásica, depurada y simple o quizás por la sensibilidad de sus modelos, su gente y su sensibilidad. De los yonquis a los presos, de los tatuajes a las porno estrellas. Hay más humanidad descarnada que juicio moral, vida o "buscar el pecado".

Y eso que, para García-Alix, hacer fotos es pura diversión. Pura Vida.









El lado femenino

El segundo libro ahora editado es 'García-Alix. Llorando a aquélla que creyó amarme'. Centrado en la mujer (casi siempre en cueros), "esencia, motor y trasfondo" de estas fotografías, según el artista, recopila fotos realizadas en los años ochenta, noventa y a principios del 2000. Entre amigas, amantes y cómplices, el artista incluye su autorretrato travestido, 'Mi lado femenino'.





IIAN WOLF


Un artesano de la fotografía. Un hombre que resiste al tiempo y a sus avances para seguir utilizando técnicas añejas pero no por ello menos efectivas. Claro, con resultados diferentes que le brindan a sus imágenes un toque misterioso que pocos pueden lograr. Ese es Ilan Wolff, el fotógrafo de origen israelí que conserva y transmite sus conocimientos sobre la utilización de la cámara oscura. Esa que consiste en una caja cerrada y opaca con un orificio por donde entra la luz, y que reproduce dentro de la caja una imagen invertida.

Así, con todo ese saber a cuestas, Wolff impartió esta semana un taller en el Centro Andaluz de la Fotografía, sobre esta antigua técnica. El taller “La magia del fotograma y la técnica de la estenopeica”. Es que, como dijimos, no sólo practica la fotografía de este modo, sino que también es un maestro de lo que ama.

“Mi idea es que, con la fuerza del ser humano y la energía de la naturaleza, puedo crear fotografías. Y ahí está la base de la fotografía”, dice Wolff. Así es que el fotógrafo hace fotografías en estado puro, sin tecnología de por medio. Así es como crea sus propias cámaras con cualquier objetos que pueda servirle para ese fin, desde una caja de galletas, de zapatos, una lata de refresco y hasta un pimiento. Un espacio hermético que dará como resultado esas imágenes únicas, lejos de la tecnología y la manipulación. Y cerca, muy cerca del génesis de la fotografía.


No hay comentarios:

Publicar un comentario